Hoy una comercializadora de luz puede ser de varios tamaños, incluso familiar, de ahí que se plantee si esta puede quebrar o cerrar. El artículo te da respuesta a esta pregunta y facilita consejos para ahorrar en el recibo con garantías. Sigue leyendo…
¿Qué es una comercializadora de luz?
Una comercializadora de luz es una empresa que se encarga de comercializar energía eléctrica en el mercado mayorista. Estas empresas tienen una relación contractual con uno o más generadores de energía eléctrica y con los distribuidores, con los que se intercambia la energía eléctrica. La comercializadora de luz también se encarga de realizar operaciones financieras para la adquisición de la energía eléctrica y de venderla al mercado al precio de mercado. Estas empresas también tienen la responsabilidad de proporcionar los servicios necesarios para el suministro de electricidad a los usuarios finales.
Además, la comercializadora de luz es responsable de asegurar el respeto de la legislación vigente y de los acuerdos contractuales vigentes con los distribuidores. Estas empresas también deben garantizar la seguridad de los sistemas eléctricos, así como el cumplimiento de los requisitos de calidad y seguridad para el suministro de electricidad a los usuarios finales. Por último, la comercializadora de luz debe tener en cuenta los impactos ambientales de sus actividades, asegurando que se cumplen los requisitos de protección del medio ambiente.
¿Cómo evitar el riesgo de que una comercializadora de luz quiebre?
La comercializadora de luz es un tipo de empresa que se dedica a la venta de energía eléctrica. Estas empresas son muy importantes para el sector energético ya que permiten que los usuarios tengan alternativas de proveedores para adquirir la energía eléctrica. Debido a la complejidad de la industria de la energía, no es extraño que estas empresas tengan problemas financieros que pueden llevarlas a la bancarrota. Por ello, es importante conocer los factores que pueden provocar el riesgo de quiebra de una comercializadora de luz y cómo prevenirlos.
Los principales factores de riesgo que pueden provocar la quiebra de una comercializadora de luz son el mal manejo de los recursos financieros, la falta de inversión en nuevas tecnologías, la falta de control de costos y, por último, el aumento en el precio de la energía. Para prevenir estos riesgos, una comercializadora de luz debe tener una gestión financiera eficiente, invertir en tecnologías innovadoras para mejorar su competitividad, controlar sus costos de manera adecuada y, en caso de un aumento en el precio de la energía, establecer planes de ahorro y estrategias de negocio para minimizar el impacto. Además, es importante seguir las regulaciones y estándares legales para mantener una buena relación con los proveedores y los clientes.
¿Cuáles son los riesgos de una comercializadora de luz en España?
Los riesgos de una comercializadora de luz en España son similares a los de cualquier otra industria: la incertidumbre del precio de la energía, el riesgo de pérdidas de ingresos, la volatilidad de los mercados de energía y los riesgos de seguridad. Sin embargo, hay algunos factores específicos que afectan a las empresas de comercialización de electricidad en España.
Por ejemplo, uno de los riesgos más importantes que enfrentan las comercializadoras de electricidad en España es el alto nivel de regulación gubernamental. La legislación española es muy estricta en lo que respecta a la comercialización de electricidad. Esto significa que las comercializadoras de luz en España deben cumplir con una serie de estándares y requisitos para asegurar que los servicios de electricidad sean seguros, fiables y sostenibles. Si no cumplen con estas regulaciones, pueden enfrentar sanciones y multas.
Además, otro riesgo importante para las comercializadoras de luz en España es la volatilidad de los precios de la energía. Esto significa que los precios pueden variar significativamente de un día a otro, lo que puede afectar los ingresos de la empresa. Por lo tanto, para mantener una buena rentabilidad, es importante que las comercializadoras de electricidad estén bien preparadas para afrontar los cambios en el precio de la energía.
¿Es posible que una comercializadora de luz quiebre en España?
Las comercializadoras de luz pueden operar a escalas diversas, tanto nacional como local. Y los tamaños de las compañías son distintos, desde grandes operadoras transnacionales a PYMES.
Esta realidad hace que las condiciones del servicio cambien, pero también las posibilidades de quebrar. El sistema de subasta eléctrica, tradicionalmente, ha sido sostenible para las grandes operadoras porque los aumentos de precio se podían asumir o repercutir en el cliente, según el caso.
¿Qué es lo que ha sucedido desde el verano de 2021? Que el aumento de los precios de la electricidad ha hecho que algunas empresas, concretamente PYMES, no pudiesen mantener las condiciones que habían pactado con sus clientes. Por este motivo, han quebrado.
Antes de nada, tranquilo, porque la quiebra de una comercializadora no implica una interrupción del suministro. Cambiarás de compañía por una nueva que se quede con la cartera de clientes o a una comercializadora de referencia que funciona por el mercado regulado.
Dicho esto, sí existen formas de ahorrar con una comercializadora de luz con garantías. Aquí te indicamos las más interesantes para ti.
Tips para ahorrar con una comercializadora de luz (y hacerlo con garantías)
Lo primero que hay que señalar es que, con una simple investigación en internet, puedes tener idea de si una comercializadora de luz es confiable o no. Por lo tanto, y como principio general, te recomendamos que hagas esta comprobación previa.
Por otra parte, debes hacer un estudio de cuáles son los hábitos de consumo energético de tu casa. Eso lo puedes hacer conociendo tu caso particular, pero, a veces, también con el desglose de tu factura energética, porque aporta información. Cuando quieres trabajar con una u otra comercializadora de luz, estos datos te proporcionan poder.
Dicho esto, puedes seguir estos tips para conseguir que la factura de la luz sea mucho menos costosa:
1. Contrata una factura ajustada a tu consumo real
El mercado eléctrico es muy diverso y existen numerosos tipos de facturas. Dicho esto, hay tres opciones principales: la tarifa de Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC), la tarifa de precio fijo de 12 meses en el Mercado Regulado y la contratación en Mercado Libre.
Valorar qué es lo que más te interesa dependerá de las condiciones que te ofrezcan en cada caso. Pero, como principio general, deberías optar por aquellas modalidades que ofrezcan un precio ajustado a tu consumo real de electricidad; esto puede hacerte ahorrar dinero.
2. Aprovecha las horas valle
Las horas valle suelen tener un coste más reducido y, cuando se trata de determinadas tarifas, puedes aprovechar esta circunstancia. Generalmente, las horas de menor consumo son estas:
De lunes a viernes, de las 0 a las 8 horas. Esto puede servir, por ejemplo, para poner el lavavajillas o la lavadora a esta hora. Los precios por kilovatio bajan de forma significativa.
En fin de semana, en cualquier momento. El motivo es que, al no ser días laborables, el consumo energético se desploma. Por lo tanto, es otra opción de consumo racional.
En este sentido, contratar una tarifa con discriminación horaria puede ser sumamente útil. De esta forma, notarás la diferencia y ahorrarás dinero.
3. Utiliza electrodomésticos con certificación energética A
El consumo energético depende, y mucho, de la eficiencia de los electrodomésticos que utilices. Y, aunque al principio puedan ser más caros, lo cierto es que el ahorro de dinero que se hace a medio y largo plazo es importante. Los electrodomésticos con etiqueta de calificación energética A son los más eficientes en el consumo. Por lo tanto, si generalizas esta posibilidad, consumirás menos y se notará.
4. Aprovecha la luz natural cuando sea posible
El consumo de luz tiene que estar motivado, de manera que la uses solo cuando lo necesites. ¿Cómo se consigue esto? Básicamente, aprovechando la luz natural en verano porque no hace falta encender la luz. Y, en estaciones intermedias, esa luz también servirá para mantener la temperatura del hogar en perfecto estado. Por lo tanto, es conveniente que lo tengas en cuenta para gestionar mejor el consumo.
Es evidente que la zona en la que vivas influirá, y mucho, en el aprovechamiento de la luz. De todas formas, es uno de los aspectos que no hay que descuidar.
5. Haz un uso racional de la calefacción y el aire acondicionado
Este punto está relacionado con el anterior. Es cierto que, a veces, es necesaria la calefacción o el aire acondicionado. Pero, dicho esto, es conveniente que las ajustes a los días y horas en las que realmente es necesario. Y, cuando los utilices, recuerda que cerrar puertas y ventanas contribuirá a un consumo menor, porque el efecto durará más.
6. Evita el stand-by en el uso de los electrodomésticos
El stand-by es una de las grandes trampas involuntarias en las que cae la mayoría de la gente. Esto de tener un electrodoméstico apagado a medias genera un consumo importante. Lo habitual es que esto nos pase con televisores, cargadores de móvil, cafeteras o maquinillas eléctricas de afeitar.
El consejo que te damos es que, cuando apagues, lo hagas de verdad. Si quieres cargar una maquinilla o un teléfono móvil, lo puedes hacer en horas de bajo consumo y, de esta forma, rebajarás el consumo energético.
7. Ajusta la potencia de la luz
Ajustar la potencia de la luz es otra de las opciones que puedes utilizar en lo referente al consumo. Hay varias opciones que permiten hacerlo, de manera que hay una rebaja en el gasto de la electricidad. Es bueno que te lo plantees, porque es una alternativa de gastar menos. Según la tecnología que tengas en casa, es más fácil realizar esta operación con garantías.
8. Instala luces LED siempre que puedas
La instalación de luces LED y bombillas de bajo consumo es, sin duda alguna, una de las maneras de ahorrar dinero, y hacerlo de forma evidente. ¿Por qué? Porque el consumo se reduce un 80 % con respecto a la de las bombillas incandescentes clásicas. Si aún no has incluido este tipo de luces y bombillas, quizás este sea el momento de hacerlo. Al final, este simple detalle te ayudará a rebajar sustancialmente la factura de la luz. Con independencia de la comercializadora de luz con la que trabajes, se notará la diferencia.
9. Usa agua caliente solo cuando la necesites
El agua caliente implica un mayor gasto de electricidad, y es bueno que tengas presente esta circunstancia antes de decidirte.
Por ejemplo, la lavadora con agua caliente se tiene que poner, pero hay lavados que pueden utilizarse con programa de agua fría. Hacer lavadoras distintas para programas fríos y calientes es una buena forma de optimizar tu consumo energético; algo parecido podemos decir cuando lavas los platos. En definitiva, hay casos en los que es necesario, y otros en los que no lo es.
La idea es clara: utiliza el agua caliente únicamente cuando veas que no tienes una alternativa mejor de uso.
10. Controla el uso de los electrodomésticos y la luz
El control en el uso de la luz y los electrodomésticos es otro de los aspectos clave. Hemos hablado antes de evitar el stand-by, pero hay otras vías que consiguen un consumo óptimo.
Por ejemplo, la domótica permite planificar con detalle a qué horas se encenderán y apagarán los electrodomésticos y la luz, de forma programada. Y es un aliado perfecto para ponerlos a funcionar en horas valle aunque tú no estés en casa. Por lo tanto, si tienes estos dispositivos inteligentes, puedes sacarles partido para gestionar mejor.
La tecnología, pues, te permite controlar el uso de los electrodomésticos y la luz, rebajando el coste de los mismos.
11. Programa correctamente los termostatos
La programación correcta de los termostatos es una opción clave si lo que pretendes es ajustar el consumo a tus necesidades. Por desgracia, muchas veces ponemos la calefacción más alta de lo que necesitamos, o el aire acondicionado más frío.
Existen unas pautas de uso recomendables que tienes que conocer para que no haya problemas. Según el Gobierno de España, la temperatura ideal para las estancias es de entre 23 y 25 grados, de ahí que todo lo que tienda a ajustarse a estos baremos es lo correcto.
Y, por supuesto, echar un vistazo de vez en cuando no está de más, sobre todo si son termostatos digitales. De esta forma, reducirás las posibilidades de errores.
12. Opta por estufas eléctricas y no por la calefacción
El uso de la energía, además de ser el adecuado, tiene que estar localizado. Y, evidentemente, no es lo mismo vivir solo que vivir en familia, porque las necesidades de consumo, en el segundo caso, son mayores.
¿Cuál es una alternativa útil? Por ejemplo, si vives solo y ocupas una sola habitación, quizás es preferible usar una estufa eléctrica, porque es suficiente. Así mantendrás la temperatura de la zona minimizando el gasto energético.
Es indudable que una estufa es más barata que encender la calefacción central. Por lo tanto, es una buena manera de mantener la temperatura correctamente.
Una comercializadora de luz puede ofrecerte precios competitivos, pero vale la pena que compares antes y que sigas unos consejos para ahorrar. En Portal Créditos te ofrecemos consejos útiles para rebajar el precio de la energía. ¡Visita nuestro blog!
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